sábado, 29 de janeiro de 2011

segunda...

La metafísica del amor gira alrededor de esta subordinación de padre y madre, de los padres al hijo, del individuo a la especie. Y primero, la ley de atracción sexual manda que la elección del compañero sea, en gran parte, determinada, aunque en forma inconsciente, por la capacidad mutua de procrear.
Todos buscan un compañero que va a neutralizar sus defectos para que no sean transmitidos. Un hombre físicamente débil va a buscar una mujer fuerte.
Cada uno ira a considerar bonitas en otro individuo las perfecciones que le faltan, y mas: hasta las imperfecciones que sean opuestas a las suyas.
Las cualidades físicas de dos individuos pueden ser tales que, con el fin de restaurar cuanto sea posible el tipo de la especie, uno de ellos será especial y complemento y suplemento del otro, y por eso ira a desearlo con exclusividad.
La profunda conciencia con la que consideramos y evaluamos cada parte de nuestro cuerpo, la escrupulosidad con que miramos para una mujer que nos empieza a gustar, de esta forma el individuo actúa, aquí, sin saber, por orden de algo superior a el mismo.
Todo individuo pierde la atracción por el sexo opuesto en la proporción de que el o ella se aparten del periodo mas indicado para concebir.
“Juventud sin belleza todavía ejerce siempre una tracción: belleza sin juventud, ninguna”
En todos los casos que el individuo se apasiona la única meta es la producción de un individuo de naturaleza definida, lo que puede ser confirmado por el hecho que la cuestión esencial no es la reciprocacidade del amor, pero si la posesión.
A pesar de eso ninguna unión es tan infeliz que la esos casamientos por amor, y precisamente por el hecho de que su objetivo es la perpetuación de la especie y no el placer del individuo. “El que se casa por amor deberá tener una vida triste”, dice un proverbio español.
Mitad de la literatura que aborda el problema del casamiento queda invalidada por considerarlo como un acasalamiento, en ves de un arreglo para la preservación de la raza. La naturaleza no parece estar preocupada si los padres serán “felices para siempre” o apenas un día, desde que la reproducción sea realice.
Los casamientos por conveniencia son muchas veces mas felices que los casamientos por amor. Sin embargo, la mujer que se casa por amor, contra el consejo de los padres, debe ser, hasta cierto punto, admirada; porque escogió lo que es de máxima importancia y actuó según el espíritu de la naturaleza ( mas exactamente de la especie) mientras que los padres daban consejos según el espíritu del egoísmo individual.
Y si el amor es una burla practicada por la naturaleza, el casamiento es otra.
Solo un filosofo puede ser feliz en el casamiento…y los filósofos no se casan.

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