terça-feira, 26 de janeiro de 2010

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Hace rato pasado el medio del camino
de esta existencia irrelevante y dura
ultrapase también mi selva oscura
sin guía, sin reposo y sin destino.

Yo podría, ahora y a esta altura,
darle un poco mas de agua a mi molino,
compartir, tal ves, la fe de mi vecino,
convencional, dogmatica...inmadura.

En la edad de la razón, sin noche obscura,
con las pruebas trituradas del destino
que el análisis confirma y configura,

en la edad de la razón, pierdo el camino,
busco la verdad, original y pura,
en el fondo de un pozo o en un vaso de vino.


Gabriel Criscuolo

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