Por andar por la vida con el pecho abierto
casi siempre uno llega a donde llega,
y mas tarde o mas temprano la realidad, que es ciega,
te deja con un vago tiempo incierto.
Mas solo que un beduino en el desierto
el abrazo esperado se te niega,
y esa cruda realidad despliega
una tormenta… que no tiene puerto.
Al final todo fue incidente,
porque como nace… todo al fin fallece
sin poder salir nunca del obscuro.
Y entiendo, ya tardíamente,
que nada es lo que parece…
en el desierto donde yo procuro
sexta-feira, 24 de julho de 2009
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