sexta-feira, 8 de março de 2013


Y si no hablo y pienso en el pasado, yo, que me quedan dos metros de futuro…..¿en que pienso….de que hablo?.
 Estoy seco de escuchar y leer que el pasado no existe, porque no se puede cambiar nada de el y el futuro es tan incierto que solo resta gozar, en lo posible, del presente. Pero el presente esta hecho de pasados, de cosas sucedidas, de dramas y alegrías no olvidadas, esto que somos hoy es el producto del pasado. De el aprendimos todo, yo, como ser ,a darme cuenta de que fui el mayor de los otarios creyéndome el rey de los piolas.
Nuestra personalidad está hecha de cosas sucedidas, nos fuimos moldeando al caprichoso cincel del destino, del azar, diría para ser más justo conmigo mismo, que no creo en el destino.
Los acasos de la vida nos fueron dando esta forma que tenemos ahora, por adentro y por afuera. Alimento nuestro lobo y nuestro ser humano equitativamente, que es la única forma de que el lobo nos deje tranquilos.
 Fuimos aprendiendo primero que poner los dedos en el enchufe  te sienta de culo y te hace pasar un miedo bárbaro. Y después de los enchufes aprendimos que nuestro “mejor” amigo del barrio nos roba las figuritas, y después aprendimos a desconfiar de las minas, y ya, al final, casi a desconfiar de todos
Y desarrollamos esa mirada media inquisidora que cuando te enfoca sentís como si se estuviera preguntando: “este en que cosas andara”.
Lo siento pero yo seguiré pensando en el pasado, en el gran amor que tuve, en el que me tuvieron, y acaso escribiré alguna cosa al respecto, con la pretenciosa pretensión, valga la redundancia, de que alguien alguna vez lo lea, y le produzca “algo”.
Obviamente que los recuerdos ingratos, duros de tragar, los tire al precipicio que tiene la memoria para estos casos…a veces alguno consigue trepar de vuelta a la superficie, pero de una patada lo vuelvo a su lugar.

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