Y
si no hablo y pienso en el pasado, yo, que me quedan dos metros de futuro…..¿en
que pienso….de que hablo?.
Estoy seco de escuchar y leer que el pasado no
existe, porque no se puede cambiar nada de el y el futuro es tan incierto que
solo resta gozar, en lo posible, del presente. Pero el presente esta hecho de
pasados, de cosas sucedidas, de dramas y alegrías no olvidadas, esto que somos
hoy es el producto del pasado. De el aprendimos todo, yo, como ser ,a darme
cuenta de que fui el mayor de los otarios creyéndome el rey de los piolas.
Nuestra
personalidad está hecha de cosas sucedidas, nos fuimos moldeando al caprichoso
cincel del destino, del azar, diría para ser más justo conmigo mismo, que no
creo en el destino.
Los
acasos de la vida nos fueron dando esta forma que tenemos ahora, por adentro y
por afuera. Alimento nuestro lobo y nuestro ser humano equitativamente, que es
la única forma de que el lobo nos deje tranquilos.
Fuimos aprendiendo primero que poner los dedos
en el enchufe te sienta de culo y te
hace pasar un miedo bárbaro. Y después de los enchufes aprendimos que nuestro
“mejor” amigo del barrio nos roba las figuritas, y después aprendimos a
desconfiar de las minas, y ya, al final, casi a desconfiar de todos
Y
desarrollamos esa mirada media inquisidora que cuando te enfoca sentís como si
se estuviera preguntando: “este en que cosas andara”.
Lo
siento pero yo seguiré pensando en el pasado, en el gran amor que tuve, en el
que me tuvieron, y acaso escribiré alguna cosa al respecto, con la pretenciosa
pretensión, valga la redundancia, de que alguien alguna vez lo lea, y le
produzca “algo”.
Obviamente
que los recuerdos ingratos, duros de tragar, los tire al precipicio que tiene
la memoria para estos casos…a veces alguno consigue trepar de vuelta a la
superficie, pero de una patada lo vuelvo a su lugar.
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