domingo, 2 de agosto de 2009

Critica
No entiendo como un consagrado escritor como Tomas Eloy Martínez, quien hasta hoy, y por lo menos para mi, era merecedor de admiración por los logros conquistados, se descuelga con una declaración como la que dio a Librusa, agencia de informaciones literarias a la que soy adscrito; dijo, nada mas ni nada menos ,que estaba arrepentido de haber ganado el premio “Alfaguara” de novela. Además de lo que significa para un autor ganar uno de los premios mas importantes en literatura, también se llevo 175.000 dólares, leyó bien ; “175 lucas verdes “.... como dirían los muchachos del café. Algunos cientos de miles que escribimos, que no conseguimos pasar ni siquiera por la puerta de las editoriales, a los que los agentes literarios no nos van a leer nunca y que es muy probable que jamás veamos algo nuestro en letras de molde, a los que nos da vergüenza decir que somos escritores, aunque sabemos que en realidad lo somos, que sabemos que lo mas probable sea que en la parte blanca de nuestros manuscritos nuestros nietos terminen haciendo sus tareas escolares....y estaríamos contentos porque entonces lo que nos costo tanto trabajo por lo menos serviría para algo. Pero que esto no nos importa y seguimos luchando y cuando conseguimos que un diario de barrio nos publique un viejo poema somos casi felices y seguimos escribiendo, con el mouss que se tranca, la Pentium uno que necesita urgente una actualización... pero no hay un peso, y la impresora que no tiene tinta y no podemos hacer una copia de seguridad... sigamos que tal ves....y se aparece Tomas Eloy Martines diciendo que no le recomienda a nadie que gane un premio, pero ¡carajo!, necesito decir una mala palabra, si eso es por lo que luchamos como unos desgraciados, si es por eso que nos develamos y nos ponemos mal con el resto de la familia que se queja de que le damos mas bola al computador que a ellos, que encuanto llegamos de trabajar, (porque los escritores también tienen esa desgraciada costumbre de comer todos los días y de algún lado tiene que salir la plata) nos sentamos en la computadora y nos olvidamos que el mundo existe. O esperamos que todos se vayan a dormir y sin hacer mucho ruido nos ponemos a galopar la madrugada atrás de ese sueño que es, Señor Tomas Eloy Martínez; GANAR UN PREMIO, que nos publiquen un libro.
¿Nunca leyó lo que Guillermo Schavelzon escribió sobre “cuando García Márquez no tenia para pagar el alquiler”?, ¿ cuando le quiso vender al Negro Álvarez, editor Argentino, los derechos de por vida de un libro suyo (creo que “La Hojarasca”) por 500 dólares? claro que no hace falta tener hambre o deber nueve meses de alquiler para escribir bien pero ahí empieza mi divagata, que creo que me acompaña desde la época de calle Corriente, Tanguito, Traka y los demás y pienso que el pobre señor Martínez se debe de haber contagiado de los yanquis, siempre pensé y dije que no vale la pana vivir en un país donde nos llaman “cucarachas”,
( métanse los dólares en el culo) y que además, si uno se va para allá, corre el riesgo de volverse como ellos...¿cómo son ellos?, no son latinos y punto. Yo no quiero ser norteamericano, ingles, francés ni italiano; quiero ser latino, que seria algo así como el crisol con lo mejor de las otras razas, mas algo que ninguna otra raza tiene. Bueno, pienso que el hombre se contagio, que las clases en las universidades estadounidenses, donde todo funciona bien, donde se huele a limpio, (por lo menos por arriba), donde todo el mundo sabe que el que estudia allí es de su misma clase y no va a haber sorpresas desagradables, y el status de catedrático y su vida arreglada, bien trajeada y mejor peinada, que transcurría en un semi anonimato que no molestaba y que con la cuenta del banco satisfecha se vio de pronto alterada, esa cómoda vida, por la gran noticia; Tomas Eloy Martínez gano el Premio Alfaguara con su novela “ El Vuelo de la Reina ” que yo compre y leí como corresponde y que me dejo una optima impresión y que, como corresponde, porque Alfaguara es también una editorial que precisa dar lucros, el autor tiene que viajar por todo el mundo, dar conferencias, atender a la prensa, escuchar pavadas, pasar por todas las ferias del libro de todos los países… y hay algunas que para que te cuento. Tiene que promocionar la mercadería que la editorial precisa vender, ¿o de donde supone señor Martínez, que salieron las “175 lucas verdes”, como dirían los muchachos?.
Me hace acordar a aquellos actores que se matan para ser conocidos, y cuando lo consiguen usan anteojos negros y se tapan la cara para que no los reconozcan.
Don Tomas Eloy Martínez; usted gano un premio que millones de escritores sueñan con ganar, si a usted le quedo chico, si no precisaba los dólares, si le importa un pepino ser reconocido mundialmente...no lo diga, porque además de quedar mal con la editorial y con su agente literario, no se imagina a nosotros como nos duele, y no por envidia sino por saber que un escritor, aunque sea consagrado, a veces dice un montón de pavadas.


Gabriel Criscuolo
Escritor
14/1/03

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