terça-feira, 1 de dezembro de 2009

Sobre la Soledad


Queriendo escribir un poema que expresase el mayor dolor del mundo, Edgar Allan Poe llego, por descarte, a la idea de la muerte de la mujer amada.
Nada le pareció mas definitivamente doloroso.
Así nació “El Cuervo”, el pájaro agorero que le repetía a un hombre solo la doliente letanía del “nunca mas”.
Sera esta la mayor de las soledades?...realmente que cosa peor puede haber que la imposibilidad de arrancarle a la muerte el ser amado?, por esa razón Orfeo bajo al infierno en busca de Eurídice, lo que termino por callar su mágica lira.
Distante, separado, preso, todavía aquel que ama puede alimentar su pasión con el sentimiento de que la persona amada esta viva. Muerto este solo le quedan dos caminos; el suicidio, físico o moral, o una fe cualquiera. Y como tal fe constituye una posibilidad ( que otra cosa es “La Divina Comedia” para Dante si no la muerte de Beatriz?), cabe una consideración también dolorosa: la soledad que la muerte de la mujer amada deja no es la mayor soledad…cual será la mayor entonces?.
Los grandes momentos de soledad, la de Jo, la de Cristo en el huerto, tenían como razón una fe. La soledad de Carlitos, en aquella increíble imagen en la que el aparece en la eterna esquina, al final de “Luces de mi Ciudad”, se justificaba por el sacrificio por la mujer amada. Pienso, con mas frio en el alma, en los últimos días del pintor Toulouse Lautrec en su lecho de muerte, lucido, cerrado a si mismo y en el duro mirar de odio que dejo para su padre, segundos antes de morir, como acusándolo de haber creado un monstro. Con todavía mas frio en el alma pienso en la soledad total de los pocos minutos que le habrán quedado al poeta Hart Crane cuando en el auge de su neurastenia, después de haberse tirado al mar en un viaje de regreso de México para los Estados Unidos, vio sobre si la inmensa noche del océano inmenso a su alrededor…y a lo lejos las luces del navío que se alejaba. Que le habrá dicho el poeta a la eternidad en esos pocos instantes en que el, quien sabe bañado de poesía total, floto por unos segundos en esa inmensa masa liquida?.
Soledad inenarrable, quien sabe poblada de belleza….mas será ella la mayor soledad?
No. La mayor soledad es la del ser que no ama.
La mayor soledad es la del ser que se ausenta, que se defiende, que se cierra, que se recusa a participar de la vida humana. La mayor soledad es la del hombre encerrado en si mismo, en lo absoluto de si mismo, y que no da a quien pide lo que el puede dar de amor, de amistad, de socorro.
El mayor solitario es el que tiene miedo de amar, el que tiene miedo de herir y herirse, el ser casto de mujer, de amigos, de pueblo…de mundo.
Ese se quema como una vela triste, cuyo reflejo entristece todo lo que esta a su alrededor. El es la angustia del mundo que lo refleja. El es el que se recusa a las verdaderas fuentes de emoción, las que son patrimonio de todos, y, encerrado en su duro privilegio siembra piedras de lo alto de su fría y desolada torre.
Gabriel Criscuolo
2008-10-06

Nenhum comentário:

Postar um comentário